Desesperarse es como un mal vino. Lo evitas en todo lo posible.
Hoy podría escribir los versos más tristes
Decir que nunca me quisiste
Pero de qué me sirve
Hoy podría sembrarme de odio y clamar
Venganza, pedir sangre
Pero de que me vale
Cuando estoy solo, aquí sentado
No quiero sentir a mi cuerpo llorar
Y la tensión de mi cerebro
Así que sonrío de nuevo en silencio
No quiero sentir a mi cuerpo llorar
Y la tensión de mi cerebro
Así que sonrío de nuevo en silencio
Hoy podría llorar por el tiempo perdido
Pero prefiero contar cuánto he vivido
Y el saldo es positivo
Pero prefiero contar cuánto he vivido
Y el saldo es positivo
Tú quizás te preguntas si es bueno
Dejarse llevar y desesperarse
Pero es que de nada vale
Dejarse llevar y desesperarse
Pero es que de nada vale
(L.C.Crespo Aguirre, 2020.10.17)
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