Es la puñetera ley de vida. Qué se le va a hacer. Como dijo aquel, les quieres hasta cuando les odias.
Esos extraños que un dia aparecen por tu vida
Te roban los sueños, los minutos, el deseo
Hasta que ya no eres tú, sino sólo una fortaleza
Que luego, un día, abandonan y se alejan
Porque aquel padre que conocieron sólo era
Una herramienta para sus necesidades
No era un ser libre, un ser verdadero
No preguntan por tu vida anterior, no quieren saberlo
Y aunque vuelven, sólo vuelven a su infancia
Tú sólo eres parte de ella,
Tienes que estar ahi pero eres un extraño,
Por fin te das cuenta
Eres un ser asexuado, estandar, sin pecados
Sólo cuando, al final, la luz se vaya apagando,
Volverán a tí y se preguntarán quién fuiste
Qué anhelaste, qué sueños perdiste
Y entonces ya quizá sea demasiado tarde
Para dejar de ser el padre y volver a ser tú mismo
Te rechazarían, porque habrías traicionado
La imagen en que ellos se habrían refugiado.
Y la pregunta que al final todo el mundo hace
Es si habrías deseado no haberlos tenido en tus brazos
La maldita pregunta, la maldita respuesta
Verles y abrazarles es lo que más me alimenta
(L.C.Crespo Aguirre, 2020.09.30)
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